Por Elena Maldonad
Que el Señor te libre de los falsos amores,
Del supuesto pretendiente vestido de oveja pero que en realidad es un emisario del enemigo,
Lobo que, si le permites, con un solo mordisco intentará devorar el fruto que Dios en ti ha producido,
En ese preciso momento que por el impulso de tu corazón engañoso lo hagas “tú especial amigo”.
Oro que no te pierdas en su mirada que hipnotiza,
Sino que seas valiente y levantes tu vista con discernimiento,
fijando tus ojos en Cristo y meditando en Su palabra con detenimiento.
No olvides las buenas obras que tu Padre ha preparado de antemano para que andes en ellas,
Y vivas la vida que se te dio en contentamiento por la obediencia en Su dulce espera.
Que el anhelo de un amor bonito no te desvíe del camino,
Al contrario, que te apegue aún más al corazón de Cristo, quien te ama con amor genuino,
Y que de aquí a unos años te alegres de en Él haber esperado,
Y no experimentes la amargura del arrepentimiento en un futuro por malas decisiones haber tomado.
Que el Señor te cuide de ese de piedad aparente,
Y que cuando las mariposas en el estómago por él revoloteen,
Que los dichos del Señor te alumbren la mente y apacigüen tus emociones,
Porque tus ojos ven lo de afuera pero solo Dios de los corazones conoce las intenciones.
Oro que hoy, especialmente hoy,
No abraces la mentira comercial que intenta lucrarse de tu dolor y sentimiento,
Que no compres la imagen de un amor ficticio que desestabiliza,
Construido en arena movediza y no en la Roca de inconmovible fundamento.
Oro que hoy tengas una cita en el trono de Aquel que te extiende a diario Su gracia inagotable,
Y que con toda confianza y certeza de que te recibe, vayas allí tal como estás,
Que disfrutes del abrazo de tu Dios que te ama celosamente y procura tu bienestar.
En Su palabra ha establecido como Él quiere que seas amada:
“Como Cristo amó a la Iglesia y se dio así mismo por ella”,
Solo el corazón de un hombre temeroso del Señor ante tal mandato sobresalta,
Tu valía ante Dios es tan grande, que para el que quiera conquistarte, le ha puesto la barra demasiado alta.