Poema: Mis niños azules
Poema: Mis niños azules

Poema: Mis niños azules

Por Elena Maldonado

Nota de la autora: El 2 de abril es el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo. Este poema lo escribí para recordar que la vida de mis hijos está en las manos de Dios.

Tengo dos niños azules, sí azulitos.
A mi vida son como un día soleado
con un cielo lindo azul clarito.

No son autistas, tienen autismo,
p
orque autismo es un diagnóstico
no su nombre ni apellido.

Mi Josué una vez me preguntó
si Dios a mi Caleb y a él le había dado autismo.
Yo le contesté con optimismo y sin cinismo:
“hijito de mi corazón, Dios les dio una habilidad diferente,
para que recuerden que con Su mano fiel
fueron entretejidos en mi vientre,

creados con propósito para gloria a Su nombre traer siempre”.

¿Y si no nos comprenden y nos rechazan?”, me dijo,
a lo que confiada en el plan de Dios le reafirmo y digo:
no te preocupes por nada mijo, lo importante en la vida
no es a cuantos conocidos llameamigos,
quien te ame en todo tiempo es el hermano
que
en la alegría o en la angustia caminará contigo”.

“De mi parte, hoy te indico,
el ser su madre ha sido
una de las bendiciones más grandes que he tenido,
ver la genialidad de Dios en ustedes
es
de Su gracia un testimonio vivo,
y si a sus pies aprenden a estar de noche y de día,
en los años que les fueron dados, Dios los guiará en sabiduría”.

“Mi súplica ante Su trono
es que hagan a Cristo en sus vidas grande
y el autismo un instrumento honroso y en sus manos fecundo,
que sea Jesús quien reine y domine
cuando
se adentren en su mundo”.

“Y cuando organicen objetos de forma alineada,
no
 olviden alinear igualmente sus corazones
a Su voluntad perfecta y sagrada,
como un ángulo recto de corazón a corazón,
conectados a su Señor en la palabra y la oración”.

“Y cuando tengan ganas de girar y girar
como un planeta en el sistema solar,
comprendan que Jesús también quiere darles un vuelco,
renovando en Él su entendimiento
y sus vidas transformar”.

“Fijen sus ojos en Cristo es mi consejo, sin mirar atrás,
como un atleta esforzado y decidido a la meta llegar”.

“Que pese más en sus mentes lo que de ustedes ha dicho
el Mesías, su amigo fiel,
que la opinión escrita por un médico con su firma en un papel.